Por supuesto que al torero Curro no le causó gracia, pero lo dejó pasar. Durante la semana siguiente se repitió el mismo saludo. El Curro no aguantó más y se compró dos feroces pitbulls y los entrenó para atacar al chino. Cuando el chino se acercó para saludarlo, el Curro le echó los perros. Con suma rapidez, el asiático sacó dos cuchillos de los pantalones, y se paró rígido en posición de defensa, listo para enfrentarse a los perros.
El Curro se da cuenta que el chino va a matar los perros, pega un silbido y los perros entran a la casa. Esto se repite unas cuantas veces, hasta que el chino decide poner una denuncia en la comisaría.
El comisario.-"¿Cuál es su problema Señor?"
Chino.-"Mile Señol Comisalio, mi denuncia es polque los pelos del culo no me dejan caminal."
El comisario se quedó perplejo, pero jocosamente le siguió la corriente.
El comisario.-"Bueno amigo, pues ¡córteselos!"
Chino.-"Eso es lo que quielo hacel, pelo cada vez que los quielo coltal, el Culo silba y los pelos se van pala adentlo".
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