La familia es la “primera escuela” donde el
niño y la niña van a aprender a ser personas. Aunque son muchos los factores
que influyen, se señalan los más significativos: Las necesidades físicas, las
necesidades afectivas de sentirse querido, aceptado y valorado y las necesidades
de relación, deben ser cubiertas adecuadamente.
La personalidad del padre y la madre, el
vínculo afectivo y la identificación que el niño y la niña realicen con ellos,
va a influir en su identidad y en su desarrollo. Así como las relaciones que se
establezcan con los hermanos y hermanas en caso de que los haya.
Favorecer la autonomía, marcar límites
desde edades tempranas, evitar la sobreprotección, la ansiedad y el
perfeccionismo, son conductas que contribuyen al crecimiento personal.
En la medida en que todo esto se cubra
convenientemente, se favorecerá la construcción adecuada de la personalidad.
Cuanto mayores sean las carencias, más conflictos emocionales se podrán
generar.
Cuando comienzan su Educación Infantil, los
niños y las niñas, ya llegan con una serie de vivencias y experiencias
emocionales que les influyen en su personalidad, en su manera de actuar, en el
modo de relacionarse e incluso en la adquisición de los aprendizajes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario