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lunes, 10 de marzo de 2014

Test de humor nº 12

Pepe, un pobre paisano de la pedanía murciana de Los Garres, postrado en su cama por una enfermedad terminal, le quedan escasas horas de vida.

De manera inesperada le llega el aroma de su comida preferida: ¡¡unos pasteles de carne caseros recién hechos!!

Para él no había nada mejor en el mundo que los pasteles de carne de su mujer, Fuensanta.

Con las últimas fuerzas, Pepe se levanta de la cama, se dirige  al comedor y allí su olfato se inunda de los vapores aromáticos que desde la masa cocida, rellena de carne y cebolla, emanan de la cocina.

Consigue llegar hasta la mesa de madera donde se encuentran dorados y suculentos los pasteles recién hechos y toma un pastel de carne, satisfecho de que su esfuerzo supremo le haya permitido este deseo, que puede ser el postrero.

Repentinamente... ¡¡zás!!... un fuerte golpe en la cabeza de Pepe merma sus facultades, nubla su vista y lo hace desplomarse, doblando sus piernas hasta caer al suelo. Allí tendido gira su cabeza sin fuerza, con lentitud, y con ojos vidriosos alcanza a ver confusamente a su mujer, que con el cucharón de hierro en la mano le dice:


Fuensanta: ¡¡¡Ni se te ocurra!!! ¡Que son pa'l velatorio...!.



Moraleja:  ¿Alguien sabe por qué Dios no tiene una mujer?.

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