La culpa es un sentimiento profundo del EGO que procede de la lucha entre la mente y el corazón, entre lo que se siente y lo que se piensa, cuando sentimiento y pensamiento están en conflicto.
El pensamiento de cada uno de nosotros está influenciado por la educación recibida, incluida los arquetipos y condicionamientos sociales (normas no escritas) y el pensamiento egoísta desarrollado dentro de nosotros por nuestras vivencias.
Uno se puede sentir culpable si actúa por lo que piensa en contra de lo que siente. Esto implica actuar por egoísmo en contra del amor. Cuando la mente censura los sentimientos e impone el pensamiento, en este caso, uno se siente culpable por sentir lo que siente y por dejarse llevar por el pensamiento, en vez de por el sentimiento. Por tanto, el pensamiento censura al sentimiento, esto ocurre cuando los prejuicios y los condicionamientos mentales son muy fuertes, haciéndonos creer que determinados sentimientos están mal o son incorrectos.
La consecuencia de todo ello, es que las personas confundimos lo bueno con lo malo y se llega a conclusiones erróneas sobre nuestros sentimientos, este tipo de culpa es muy negativa porque obstaculiza el desarrollo del pensamiento y el ego toma más poder.
Si el pensamiento puede sobre el sentimiento, el ego actúa inhibiéndose de hacer lo que siente (corazón) a causa de lo que piensa (prejuicios, condicionamientos culturales, prohibiciones normativas escritas y no escritas) entonces vivirá reprimida y se sentirá culpable de no hacer lo que quiere.
Si una persona se deja llevar por lo que siente pero no modifica el pensamiento para adaptarlo a la percepción de sus sentimientos, entonces vendrán momentos de duda en los que los pensamientos volverán a atacar y hacer surgir el sentimiento de culpabilidad por haber hecho lo que siente y no lo que piensa.
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