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miércoles, 14 de junio de 2023

Para ellas

Comprendo, querido Lucilio, que no solamente mejoro, sino que me transformo. Aunque no prometo ni espero ya que no quede en mí nada que necesite cambiar. ¿Por qué no ha de haber mucho que deba corregirse, reformarse o perfeccionarse? Esto prueba que mi alma está cambiando a mejor, que reconoce defectos propios que antes no conocía. Se felicita a algunos enfermos cuando empiezan a sentir el mal.

Así pues, quisiera compartir contigo este repentino cambio que se ha producido en mí; entonces comenzaría a tener una fe más firme en nuestra amistad, en esa amistad verdadera que ni la esperanza, ni el temor ni el interés podrían alterar, en esa amistad con la que los hombres mueren y por la que mueren. Te presentaré a muchos que no carecieron de amigos, sino de amistad, pero eso no puede acontecer entre quienes se asocian por idéntica inclinación para buscar la virtud. ¿Y por qué no puede suceder esto? Porque saben bien que todo es común entre ellos, y principalmente las adversidades.

Extracto de la carta IV. La verdadera amistad dirigida a Lucilio





sábado, 9 de julio de 2022

Humor gráfico by Mary

 


LIBERTAD

Pues, ¿Qué cosa mejor puedes desear que liberarte de la esclavitud, que es insoportable a todo el mundo y de la que hasta los esclavos más desgraciados, nacidos en tan miserable condición, tratan de librarse por todos los medios posibles? Para ello dan todo cuanto han economizado a fuerza de privaciones. ¿No querrás, pues, adquirir la libertad a cualquier precio cuando crees haber nacido libre? ¿Por qué miras el arca? La libertad no se puede comprar, y en vano se empela esa palabra en los contratos, porque los que la venden no la tienen y, por consiguiente, tampoco los que la compran. Tú mismo tienes que dártela; tienes que pedírtela a ti mismo. Comienza por desprenderte del temor a la muerte, que es el primer yugo que se nos impone; deshazte en seguida del temor a la pobreza, y para comprender que no es un mal, compara el semblante del pobre y del rico: verás que el primero ríe con más frecuencia y con mayor franqueza; no tiene preocupaciones en el corazón y, si le alcanza algún pesar, pasa pronto como una ligera nube. Pero los llamados felices solo tienen una alegría aparente o una profunda tristeza, que se revela en medio de los placeres y que es tanto más desagradable cuanto que están obligados, con sobrada frecuencia, a mantenerla oculta y aparentar satisfacción, mientras sufren mil contrariedades que les roen el corazón.

Séneca




 

Soneto 61

Ir y quedase, y con quedar partirse,

partir sin alma, e ir con alma ajena,

oír la dulce voz de una sirena

y no poder del árbol desasirse;

arder como la vela y consumirse,

haciendo torres sobre tierna arena;

caer de un cielo, y ser demonio en pena,

y de serlo jamás arrepentirse;

hablar entre las mudas soledades,

pedir prestada sobre fe paciencia

y lo que es temporal llamar eterno;

creer sospechas y negar verdades,

es lo que llaman en el mundo ausencia,

fuego en el alma, y en la vida infierno.


Lope de Vega


Gracias Mary