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miércoles, 11 de julio de 2018

Los verdaderos amigos siempre están con nosotros

Mienten los que quieren que parezca que la multitud de sus ocupaciones les impide dedicarse a los estudios liberales: fingen y abultan sus negocios, y se mantienen ocupados voluntariamente. En cuanto a mí, querido Lucilio, siempre tengo tiempo, y allá donde me encuentre siempre soy dueño de mí mismo porque no me entrego a los negocios, sino que solamente consiento en ellos, y no busco ocasiones de perder el tiempo. En cualquier parte donde me detengo doy paso a mis pensamientos y concibo en mi mente algo provechoso.
Cuando me doy a mis amigos no estoy, sin embargo, ausente de mí mismo, ni me entretengo con aquellos con quienes me reúne la ocasión o alguna de mis obligaciones civiles, sino que también estoy con los mejores; a ellos, en cualquier lugar o en cualquier época que hayan vivido, tiendo mi espíritu.
Caminado con mis amigas
Llevo conmigo a Demetrio, el mejor de los hombres, y abandonando a todos los que visten de púrpura, es con él, medio desnudo, con quien hablo, y es él a quién admiro. ¿Por qué no he de admirarle? Sé que nada le falta. Se puede despreciar todo, pero no se puede tener todo: el camino más corto para poseer riquezas es despreciarlas. Pero nuestro Demetrio vive no como si despreciara todos los bienes materiales, sino como si dejara su posesión a los demás.


Carta de Séneca a Lucilio Nº LXII

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