Idioma

jueves, 8 de octubre de 2015

Test Humor nº 197

No hace más de un año que en el pueblo de Mula dos hombre se llamaban Rodrigo Rata. Uno era sacerdote y el otro era taxista. Caprichoso el destino que quiere que los dos mueran el mismo día. Entonces, llegan al cielo, dónde les espera en la puerta San Pedro con su manojito de llaves divinas.

San Pedro.-"¿Tu nombre?".
Taxista.-"Rodrigo Rata".
San Pedro.-"¿El sacerdote?".
Taxista.-"No, no no. El taxista".
San Pedro consulta su planilla.
San Pedro.-"Bueno, te has ganado el Paraíso. Te corresponden estas túnicas de seda con hilos de oro y esta vara de oro con incrustaciones de rubíes. Adelante".
Taxista.-"Gracias, muchas gracias".
Pasan dos personas más y luego le toca el turno al otro Rodrigo Rata, quién había presenciado la entrada de su paisano.
San Pedro.-"¿Tu nombre?".
Sacerdote.-"Rodrigo Rata".
San Pedro.-"¿El sacerdote?".
Sacerdote.-"Sí".
San Pedro.-"Muy bien hijo mio. Te has ganado el reino del Paraíso. Te corresponde esta bata de poliester y esta vara de plástico".
Sacerdote.-"Perdón, no es por presumir, pero debe haber un error. ¡Yo soy Rodrigo Rata, el sacerdote de Mula!".
San Pedro.-"Sí hijo mio, te has ganado el Paraíso, te corresponde la bata de...".
Sacerdote.-"¡No, no puede ser. Yo conozco al otro señor, era un taxista de mi pueblo. ¡Era un desastre como taxista!. Se subía a las aceras, chocaba todos los días, una vez estrelló contra una casa, conducía penosa y peligrosamente muy mal, tiraba los postes de alumbrado, se llevaba todo por delante. Y yo me pasé 50 años de mi vida predicando todos los domingo en la parroquia. ¿Cómo puede ser que a él le toque una túnica con hilos de oro y vara de platino, y a mí esto?. ¡Debe haber un error!".
San Pedro.-"No, no es ningún error. Lo que pasa es que aquí en el cielo ha llegado la globalización con sus nuevos enfoques administrativos. Nosotros ya no hacemos las evaluaciones como antes".
Sacerdote.-"¿Cómo?. No entiendo".
San Pedro.-"Claro, ahora nos manejamos por objetivos y resultados. Mira, te voy a explicar tu caso y lo entenderás enseguida: durante los últimos 50 años cada vez que tú predicabas en la parroquia, la gente se dormía, pero cada vez que el taxista conducía, la gente rezaba y se acordaba de Dios. Entonces, mi querido Sacerdote, ¿quién vendía más nuestro servicios?. Nos interesan los resultados, hijo mio. ¡RE SUL TA DOS!".


No hay comentarios:

Publicar un comentario