Perversión de la Cultura

El problema de la Historia de la Humanidad es convertirla en memoria, en leyenda, en mito y anular cualquier componente el cual se considere ciencia, aunque no sea tan aparentemente infalible como las ciencias exactas. La Historia de la Humanidad posee un método exactamente igual al de estas últimas, pero carece de posibilidades de contrastar sus resultados en un laboratorio, por eso, no posee el mismo prestigio que las ciencias duras. A ningún Consejero de cualquier Comunidad Autónoma se le ocurriría preconizar la independencia de cualquier región o municipio, defendiendo el geocentrismo, una forma de la tierra plana y cuadrada o que dos más tres son cuatro porque se expondrían a la mofa ciudadana y a exponer, aún más, su condición de asno pijo.
Sin embargo pueden decir tonterías históricas, con equina tozudez y seriedad y sus secuaces los aplauden con las orejas y hocicos. 
El truco es sencillo, se repite una y otra vez, una mentira, un mito o una fábula, desde la escuela infantil y ya tenemos varias generaciones de asnos palitroques-sin ellos saberlo- repitiendo lo aprendido y en su sacristía urbana y/o pueblerina, llegando hasta respetados líderes de la opinión o catedráticos de sus autónomas universidades (privadas y públicas).
Al no aceptarse la Historia de la Humanidad como ciencia, se convierte en un arma arrojadiza en manos de quienes, consciente o inconscientemente, la falsean o la quieren convertir en memoria, en elemento de difamación de separación o independencia, de falsa controversia. De esa manera denigran y de ser un elemento de dignidad personal y de libertad, se convierte en una manera de alienación sectaria.