Sin embargo, muchas veces los seres humanos somos ciegos. Es decir, nuestros ojos biológicos funcionan, pero los del alma no. Y por eso no podemos ver esa unión, esa ausencia de límites. Nuestra misión en esta vida es despertar al amor sin barreras con todo lo que nos rodea. Siempre es un buen momento para dejar atrás una vida epidérmica y volcarse de lleno a una vida profunda, de unidad con todos.
te has olvidado del espíritu, que por cierto también tiene cuerpo.
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