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martes, 24 de junio de 2014

Alcanzar lo inalcanzable

Hoy en día, estamos aposentados en una época donde cuanto más rápido, mejor, y donde el control, significa poder, donde los resultados importan más que el proceso y el riesgo se calcula matemáticamente.

En nuestras vidas, con tantos compromisos, está presente la tentación de simplificar nuestros complejidades existenciales; sencillamente no tenemos tiempo y la paciencia necesaria para reflexionar  abiertamente, y preferimos ser dinámicos y así reafirmar nuestro sentido del control.

Invertimos continuamente en soluciones pragmáticas para ser los mejores en cada aspecto de nuestra vida con la promesa de alcanzar cierta regularidad de éxito. Todo esto está provocando una salida hacia adelante, corremos el riesgo de agravar más la INDIFERENCIA por la que luchamos. 

El día nos desafía a la búsqueda de otro tipo de propósitos como la paz, el amor, armonía y todos aquellos sentimientos humanos positivos que nos alegran el corazón, a  no rendirnos ante lo desconocido y lo inalcanzable y a romper los confines del mundo racional.


1 comentario:

  1. Así es, Odyseo.

    Podemos observar que cuando Salomón se convirtió en rey tuvo una visión de Dios en la que El le preguntaba que era lo que su corazón deseaba más que ninguna otra cosa. Salomón pidió que le fuera concedida sabiduría y por haber pedido eso en lugar de pedir riquezas o fama, Dios le dio las tres cosas.


    En este libro aprendemos acerca de las cosas que el hombre debe decidir, sobre las opciones que tiene en la vida.

    "Para conocer sabiduría y disciplina; para comprender los dichos de inteligencia: para adquirir disciplina y enseñanza, justicia, derecho y equidad; para dar sagacidad a los ingenuos y a los jóvenes conocimiento y prudencia. El sabio oirá y aumentará su saber, y el entendido adquirirá habilidades. Comprenderá los proverbios y los dichos profundos, las palabras de los sabios y sus enigmas."

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