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lunes, 26 de mayo de 2014

Tempus Fugit

Hoy cuento mis años (cuarentena) y descubro que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante que el que viví hasta ahora.

Me siento como aquella joven que ganó una caja de bombones; los primeros los comió con displicencia pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a consumirlos lentamente y a disfrutarlos más. 

Ya no tengo tiempo para  lidiar con mediocridades.

No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.



Desprecio a los oportunistas y a las personas mentirosas.

No tolero a los  envidiosos que tratan de desacreditar a los  más capaces para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.

Ya no tengo tiempo para proyectos megalomaníacos.

No participaré en conferencias que establecen reglas engañosas para erradicar la miseria en  el mundo.  No quiero que me inviten a  eventos  donde se pretende  solucionar los problemas del siglo XXI. Ya no tengo  tiempo para reuniones interminables donde se discuten: estatutos, normas, procedimientos  y políticas, sabiendo que no  se va a lograr nada.

Ya no tengo tiempo para  soportar  a melindrosas y piojosas  personas  que, a pesar de su edad  cronológica, son unos inmaduros.


No quiero ver las agujas del reloj  avanzando en reuniones de "confrontación", donde solo “ponemos sobre la mesa” las opiniones  de los poderosos.Me molesta ser testigo de los defectos que genera la lucha por el “majestuoso” cargo de Director.Recuerdo ahora a Mário de Andrade, que afirmó:

“Las personas no discuten los contenidos, solo sus títulos".

Mi tiempo es escaso como para discutir títulos; quiero la esencia. 

1 comentario:

  1. los pensamientos sobre la mesa, pero con esencia!!

    muy bueno....

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