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jueves, 10 de abril de 2014

HIPNOTIZANTE

Anoche mi amor me hipnotizó, no sé cómo lo hizo pero lo consiguió plenamente. Estaba cansado de un día bastante largo de actividad laboral, me acosté muy pesado. Pensaba en el sueño reparador de la noche y a funcionar a la siguiente mañana. Mejor que eso, hoy me encuentro eufórico, las cargas de trabajo me parecen livianas, en un ¡zas! terminadas sin mucho esfuerzo.

¿Cómo me hipnotizó?. Relataré de la forma más precisa posible que pueda lo ocurrido. Estaba en la cama abrigado por la dulce y suave sábana cuando noté la mano de mi chica deslizándose por debajo de mis calzoncillos, luego sobre la parte superior sin tocar mi polla, con su manos me los quita apresuradamente. Ella tenía ganas de fiesta, resbaló su mano caliente sobre mi ombligo, reconociendo todo mi abdomen, suave y lentamente hasta llegar a mi pezón derecho, lo giró como si fuera a poner la alarma del reloj y luego me lo pellizcó repetidas veces, posteriormente repite la misma operación con el izquierdo, sus delicados manos rastrean mis costados de abajo a arriba, terminando con un pequeño apretón en los pezones.

De pronto, ella coge un bote de aceite de Pachuli que está encima de la mesita, delicadamente me lo extiende suavemente por la parte de mi tronco superior bajando hasta mis piernas, me embadurna completamente desde los pies hasta el cuello. Luego me gira, tumbándome boca abajo y continua el proceso de baño erótico-aromático. Disfruto con sus manos húmedas y resbaladizas reciendo mi espalda, me masajea el culo, impregnándolo de liquido.

En esos instantes, me siento húmedo, cálido y muy cachondo con unas ganas tremendas de penetrarla aunque no puedo resistir tal tentación, más ella me lo impide diciéndome que aún no toca.  También ella se embadurna de aceite de Pachuli, se sienta a horcajadas sobre mi trasero, dejando caer su pechos sobre mi espalda. A partir de ahí empezó el gran espectáculo de prestidigitación corporal, sensual y fascinante.

Ella se desliza recorriendo todo mi cuerpo, untados  y pegaditos, dulces sensaciones placenteras entre cortos y tímidos gemidos. Notaba sus turgentes pechos presionando mi nuca luego bajaba y presiona sobre mi trasero y posteriormente recorría mis piernas de alto en bajo y viceversa mientras metía su mano derecha sobre mi pubis luego  me cogía los pies para apoyar y presionar sobres su tetas, haciendo un movimiento circular. 

Lo más extraordinario estaba por llegar, colocó su coño sobre mi cuello, cómo lo sentía palpitar y con movimientos circulares me excitada a extremos increíbles, con premura volvió a meter su manos entre mis piernas y me sujetó con fiereza mi vigorosa polla mientras con rítmicos movimientos me la sacudía.

Entonces me dio la vuelta bruscamente y cayendo con furia a horcajadas sobre mi  pubis. De nuevo repitió el ritual de deslizamiento de todo mi cuerpo como si fuera una barca me besaba fuertemente, un beso corto rápido y potente, ella era el timonel y yo me dejaba surcar entre sus olas.

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