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martes, 11 de marzo de 2014

La magia eres tú.

Me encanta este cuento que quiero compartir con todas las personas que eran, son y serán pequeños locos bajitos.

En un país de colores con butacas y botones, existió una vez un mago con el pelo alborotado.

Era un mago vanidoso, despistado y cariñoso, pero de todos sus hechizos con conjuros y lechuzas, tan sólo le salían unas grandes chapuzas.

El vecindario le pedía ayuda todos los días, querían ser felices y vivir con alegría. Por más que lo intentaba, la magia no le ayudaba y este mago vanidoso creyó ser un patoso. Decidido a abandonar y retirarse del oficio, en aquel mismo momento se le vino a la memoria un conjuro milenario con muchos años de historia.

Si quería conseguir que todos vivieran en un mundo feliz necesitaba ingredientes con olor a regaliz. Mientras buscaba cogió su olla y con gran emoción, comenzó este conjuro en forma de poción:

Mago:
 “Un poco de jazmín que las tareas te ayude a compartir !.
 ¡ Una pizca de sal para poder abrazar !,  
 Una ramita de romero para solucionar los enfados con tus compañeros !,
 ¡ Unas cuantas setas que te ayuden a dejar atrás las rabietas!,
¡ Unas migas de pan para tratar a todos por igual !, 
¡ Un calabacín que te ayude a sonreir !,
 ¡ Con una hoja de acebo, se te quitará el miedo !,
¡ Con un pedacito de queso podrás repartir miles de besos !,
 ¡ Un par de boniatos para los buenos tratos !, 
¡ Y por último, regaliz que te ayude a ser feliz !.

 Este mago vanidoso ya dejó de ser patoso.

Agita la varita con buen trato y con cariño, repitiendo estas palabras, lanzándonos un guiño: ABRACADABRA,
ABRACA-DÚ, 

Si crees en la magia, la magia eres tú. 

 ( Zahida Rodríguez )

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