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viernes, 28 de febrero de 2014

Cuento Sufí

Comparto con todos un cuento que, aunque tenga este nombre, realmente ha sido escrito por Jorge Bucay y que llegó a mí a través de una amiga, la primera persona a la que le vendí en mi inicio en la actividad comercial como trabajo.

El maestro sufí contaba siempre una parábola al finalizar cada clase, pero los alumnos no siempre entendían el sentido de la misma...
-Maestro- lo encaró uno de ellos una tarde-Tú nos cuentas los cuentos pero no nos explicas su significado...
-Pido perdón por eso-se disculpó el maestro-Permíteme que en señal de reparación te convide con un rico durazno.
-Gracias maestro.-Respondió halagado el discípulo
-Quisiera, para agasajarte, pelarte tu durazno yo mismo. ¿Me permites?
-Sí, muchas gracias-dijo el alumno
-¿Te gustaría que, ya que tengo el cuchillo en mi mano, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?
-Me encantaría,...pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro...
-No es un abuso si yo te lo ofrezco. Solo deseo complacerte...
-Permíteme que lo mastique antes de dártelo
-No maestro,¡no me gustaría que hicieses eso!-Se quejó sorprendido el discípulo.

El maestro hizo una pausa y dijo:
-Si yo os explicara el sentido de cada cuento...sería como darles a comer fruta masticada. (De la sabiduría sufí)

No queremos las cosas masticadas, ¿verdad?.

Me gusta este cuento porque reivindica la creatividad, sacar tus propias conclusiones basándote en ti, cada uno con sus experiencias, visiones de la vida, imaginación. Somos únicos, no nos dejemos llevar por otros. 





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