Si el pene de un hombre no entra en erección, éste se encuentra desamparado, frustrado, descorazonado y con una importante pérdida de seguridad y autoestima.
La mejor manera de resolver esta problemática consiste en olvidarse de los problemas de la propia erección y concentrarse en el cuerpo de nuestra amante, en su belleza y en su encanto.
Al mismo tiempo, cada varón debe de asegurarse de proporcionar el máximo place posible a su pareja aunque sea sin ayuda del órgano sexual masculino.
Existen muchos medios para dar y recibir placer sexual (no todo se centra en la polla). Se puede disfrutar del cuerpo de nuestra amante, empleando las manos y la lengua, su olor y tersura constituyen un placer sensual. Las caricias de zonas sensitivas del cuerpo femenino, la excitarán más que el miembro viril, en ciertas ocasiones.
Hay que saber apreciar la extensión de su espalda, por debajo de la columna vertebral así como su nuca, succionar sus pezones gentilmente hasta que se endurezcan y luego besar su vulva y hacerle con la lengua cosquillas en el clítoris, así como penetrarla más profundamente hasta que tu pareja se vea, sienta inundada por sus propios fluidos mientras tu cabeza está siendo mecida por los muslos de ella.
Está excitación femenina se contagiará al hombre como si fuera un resfriado, produciendo la deseada erección masculina.
Si esto no sucede así, podrá el varón realizar el método de la penetración suave
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