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martes, 26 de noviembre de 2013

El arte de ser un gran amante

Debemos amar (no desear) a nuestra pareja para recibir el mayor placer sin olvidar que tenemos que aprender cada día más sobre las emociones, sensaciones y sentimientos de nuestra amante, a fin de aunar esfuerzos, energía positiva para conseguir un goce y disfrute compartido, enriquecido de armonía, paz, amor, ternura y relajación tanto espiritual como mental.

La mejor manera de aprender es  la práctica lo que supone un esfuerzo en todos los sentidos (mental, cultural, físico, moral etc.) e intentar mostrar INDIFERENCIA para encontrar un mayor sosiego.

A fin de satisfacer a tu compañera/amante  es vital la amabilidad y gentileza mostrada para que ella alcance rápidamente el orgasmo, ya que la verdadera dicha del amor es un éxtasis de 2 cuerpos y almas, unidas y entrelazadas espiritualmente.

El auténtico amor debe ser una auténtica comunión de los sexos, transformando la energía vibrante y luminosa en ternura y dicha.

Es importante que el varón, también denominado macho alfa, no esté demasiado excitado o excesivamente fogoso/apasionado ya que inutilizará gran parte de la carga energía positiva, descargando en algunos casos de forma  precipitada su generoso rico líquido blanco/transparente.

Lo primero que debe hacer cualquier amante que se precie es acariciar a su pareja, sobre todo, en la parte más intima, la vagina, suave como si fuera seda, el clítoris debe ser reverenciado delicadamente por las yemas de tus dedos con el objetivo de que la vulva no esté demasiado prieta, siendo constante y sin prisas.

En el primer momento de la penetración un buen amante realizará una entrada suave en la vagina y una salida muy vigorosa, así sucesivamente hasta notar una mayor apertura.

Acto seguido, el método a emplear en la penetración es de 3 impulsos superficiales y 1 profundo, totalizando unos 81 impulsos (no es bueno contar aun que es recomendable en las primeras prácticas) que supone aproximadamente entre 1 minuto 30 segundos a 2 minutos. Muy importante sin acelerarse ni mostrar lentitud en los movimientos.

La técnica de 3 impulsos superficiales y 1 profundo, el varón cerrará ambos ojos y la boca y muy importante, respirará profundamente pero con delicadeza por la nariz hasta dejar de jadear.

Cuando sientas los primeros síntomas o indicios de perder el control (eyacular) alzarás tu cintura con un movimiento RÁPIDO, retirando el pene a unos centímetros de la vagina (2,5 cms. aprox.) y permanecerás en esa posición sin moverte durante 10 a 30 segundos. Después respirarás profundamente y diaframáticamente, y al mismo tiempo, contraerás la parte inferior de tu abdomen como si se tratarás de encontrar un lavado de forma urgente. 

Con la respiración profunda abdominal notarás calma y una leve bajada de la hinchazón sexual del pene, entonces deberás reiniciar la penetración, evitando una mayor caída de la inflamación sexual de tu miembro viril. 

Si notas que estás empezando a excitarse demasiado por la actividad sexual, deberás detener el movimiento de empuje inmediatamente y retirarás el pene hasta quedar a unos dos centímetros y medio aproximadamente de la vagina. Aguardarás hasta que se haya calmado (30 segundos aproximadamente) y luego volverás a empujar con el mismo método de 3 impulsos superficiales y 1 profundo.

A continuación seguirás el método de 5 superficiales y 1 profundo durante unos 2 minutos aproximadamente.

Y al final deberás hacer 9 superficiales por 1 profundo.

Mientras se aprende los movimientos con sus ciclos de entrada y salida, esto te permitirá el control de la eyaculación, evitando la impaciencia.

Los buenos amantes saben la importancia de la delicadeza y finura tanto en trato como en contacto, así como la práctica de cada serie de penetraciones y sus tiempos de fuerza y firmeza como de profundidad y suavidad, para ello, se deben de realizar en 2 o 3 series, después se detendrá para sosegarse y unos momentos después comenzará de nuevo. 

Deja que tu naturaleza e instinto te inspire y guíe por el sendero del amor

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