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miércoles, 16 de octubre de 2013

VENCER A LA VANIDAD

Para superar este defecto primario del egoismo, en primer lugar se debe de tomar conciencia de la vanidad y en segundo lugar trabajar para superarlo, esto se consigue con la ayuda de ejemplos de personas más avanzadas de las cuales aprender.

La mejor manera de vencer a la vanidad  es sufriendo en carne propia las actitudes egoistas de otros, semejantes en egoismo a uno mismo. El sufrimiento propio sensibiliza al espìritu, percibe con mayor sensibilidad el sufrimiento de los demàs y les hace despertar un sentimiento de solidaridad hacia ellos que es el germen del amor.

Por el hecho de adquirir conciencia de nuestro defecto no vamos a conseguir que deje de manifestarse. La toma de conciencia pasa por conocer en profundidad en què consiste la vanidad, còmo se manifiesta en uno mismo y què es lo que la alimenta.

La vanidad se alimenta de la creencia de que para ser feliz (ir de compras a El Corte Inglés), lo importante es ser el centro de atenciòn, que a uno lo admiren, lo halaguen y estèn pendientes de èl y le colmen de placeres, regalos y atenciones.

La vanidad se manifiesta como una tendencia a transformar la realidad para hacer creer a los demàs y a uno mismo que necesita poseer todo lo que ve a su alrededor, tanto cosas como personas para ser feliz (ir de compras a El Corte Inglés).

La vanidad es como una aspiradora que atrapa todo lo que encuentra a su paso, reteniéndola para si misma pero sin llegar apreciar nada de lo que tiene. El ejemplo es el niño que patalea y protesta a sus padres para que le compren un juguete sin el cual no va a ser feliz (El Corte Inglés). Una vez conseguido, apenas juega, luego se cansa y posteriormente lo desecha (efecto Kleenex).

El vanidoso trabaja por despertar en sì mismo los sentimientos de llamar la atenciòn, satisfacer sus caprichos de lo contrario se sentirà INSATISFECHO, VACIO, INFELIZ y el cariño y amor de los demàs no sabrà reconocerlo ni apreciarlo.

Aquello que no se consigue por el propio esfuerzo, por la propia voluntad ni se sabe comprender ni se sabe apreciar ni disfrutar. La persona vanidosa apenas lucha por nada sino que intenta que los demàs lo consigan por èl.

Cuando tiene objetivos suelen ser siempre objetivos exteriores, materiales casi nunca objetivos versados en conocerse a si mismo.

La persona vanidosa debe de aprender a encender su propio fuego y no dependerá de nadie para calentarse, ese fuego es la llama del amor.

El paso que debe de dar una persona vanidosa para superar su defecto es comprender que la felicidad no depende del exterior (El corte Inglés) sino dle interior (conocerse a si mismo). El bienestar y la paz dependen de que tù te quieras, ames.

Ponemos todo el peso en un  plato de la balanza y exigimos que la balanza esté equilibrada.

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