El higado alimenta los músculos.
Los músculos refuerzan el corazón.
El corazón alimenta la sangre.
La sangre refuerza el bazo.
El bazo alimenta los tejidos.
Los tejidos refuerzan los pulmones.
Los pulmones alimnetan la piel.
La piel refuerza los riñones.
Los riñones alimentan los huesos y la médula.
Los huesos y la médula refuerzan al hígado.
El cuerpo y el espíritu van cambiando, uniéndose en un sólo fin; la armonía total.
Los ejercicios físicos que equilibran la mente y, por tanto, mantiene relajada y alerta a la persona que lo práctica. El objetivo final es conseguir que uno mismo (con sus propios medios) sea una persona equilibrada, saludable y armoniosa.
El hombre no vive su momento, el aquí y ahora, sino siempre pensando en lo que se va a hacer y en el pasado de su propia historia. Para ello, es vital mientras se trabaja con el cuerpo, desbloquear la mente de todo pensamiento y dejar fluir sin retener y sin querer buscar nada.
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