Un hombre llamado Juan de la Alberca tenía un burro muy triste, y no sabía cómo hacerlo reír. Entonces publica un anuncio en el diario "La verdad" que decía:
"Pago 100.000 euros al que haga reír a mi burro, y el que no lo haga reír deberá pagarme 100 euros"
Al día siguiente en la casa del hombre una larga cola de humoristas, payasos famosos de todad España venían hacer reír al burro. Pasa el primero y nada, es decir, deja el dinero, pasa el segundo y nada... bueno así uno tras otro hasta que llega un chinito.
Juan.-"¿Usted viene hacer reír a mi burro?".
Chinito.-"Si, yo venil a hacel leíl a bulito".
Juan.-"Bueno, pasa a ver si tienes suerte".
El chinito entra en la habitación donde se encontraba el burrito. Al rato sale el chinito y el burro que se mataba de la risa y no paraba de dar carcajadas, Juan muy impresionado le da lo prometido y el chinito se va.
A la semana otro anuncio de Juan que decía:
"¡Pago 10. 000 dólares al que calle a mi burro!
¡Que vuelva a ser el mismo burro triste que era! ¡No lo Soporto!"
Al día siguiente una larga cola, de personas que venían a contarle al burro de sus desdichas en la vida: tragedias, familiares, fallecidos, etc. a ver si podían hacerlo llorar y que volviera a ser el mismo burro triste de siempre. Entra a la habitación donde se encontraba el burro: el primero: nada. El segundo: nada. Bueno regresa el chinito nuevamente.
Juan.-"¡De nuewvo aquí!".
Chinito.-"Si, yo venil a ponel tliste al bulito".
Juan.-"¡Bueno, está bien!".
A los minutos sale el chinito de la habitación con el burro triste y llorando.
Juan.-"Perdóname señor chinito pero, ¿cómo has hecho para que mi burro se muera de risa y después llore?".
Chinito.-"Para hacelo leíl, le dije que la tenía más glande que él y para hacello llolal, ¡se lo mostlé!".
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