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martes, 22 de septiembre de 2015

Historias corrientes

Así se titula una serie de dibujos animados que les encantan a mis hijos.
Intento ver algún capítulo con ellos y, la verdad, a veces no sé cómo ellos entienden algunas de las situaciones a las que se enfrentan los personajes. Siempre son exageradas y puedo llegar a pensar que no son convenientes, pero a ellos les encantan, ¿por qué? eso ya se lo dejo a los psicólogos y demás entendidos, yo tengo mi propia opinión.

En uno de sus capítulos mostraron la hipocresía de esta sociedad occidental y me pareció demasiado complicado para ellos, pero, tal vez, no sé yo, lo entiendan hasta mejor que nosotros que lo "entendemos".

O tal vez sea que los estudiosos del marketing han detectado que a los adultos nos tiene que hacer gracia lo que ven los pequeños para no aburrirnos...

Al margen de consideraciones mercantilistas y otras que también vendrían al caso, el otro día, en uno de los capítulos, aparecía el símbolo más preciado para la sociedad actual, desarrollada, rica y abundante...la imagen personal.

Allí estaban, los dos personajes intentando entrar a un club exclusivo, para gente guapa y moderna, para los más "in" del momento. En estas estaban sin conseguirlo hasta que se cubren de ropas extravagantes y "alternativas" cogidas directamente de la basura y, vestidos con basura, consiguen entrar y ser admirados...A ver si encuentro el capítulo y lo cuelgo para que lo veáis, merece la pena.

Al final es así, la apariencia, aunque sea pura basura, es lo que cuenta en esta, nuestra sociedad occidental.
Es nuestra historia corriente...

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