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martes, 26 de mayo de 2015

Un día mejor III parte

un día mejor solamente es posible mediante la voluntad y la decisión de hacernos responsables de nuestra propia vida; quien se lanza a protestar contra los gobiernos, contra los sistemas o contra las personas que lo han engañado porque no le han cumplido sus promesas, no ha comprendido que es necesario tener una individualidad y "no depender de nadie"



Toda persona tiene derecho a vivir;a vivir como quiera; los jefes del Pueblo tienen derecho a engañarnos, pero nosotros también tenemos el derecho a no dejarnos engañar, y para eso es necesario ser independiente, vivir nuestra vida, no estar esperando que nos cumplan promesas que nos han hecho.

Cada persona que así procede toda su vida, vivirá lamentándose de los procedimientos malos de los demás.

La persona que aspire a conseguir Paz (interior y exterior) es necesario que se dedique a creer más en sí mismo, tener más confianza en sí mismo y no depositar su fe y su confianza en los demás. Cuando nos dedicamos a enriquecer nuestra mente con altruismo y con fe, comprendemos que nuestros fracasos y nuestros triunfos dependen de nosotros mismos. 

Nuestra propia naturaleza ancestral no nos hizo que seamos unos fracasados ya que hemos superado la supervivencia del día a día y noche a noche, pero el ser humano. por sus debilidades, ha fracasado.

Dejemos de ser débiles. dejemos de desconfiar de nosotros mismos, dejemos los temores, tengamos mas confianza en nosotros y más fé.  

2 comentarios:

  1. la confianza en uno mismo llega en el momento en que reconoces tus debilidades y trabajas en ellas.

    HABIA UN SABIO QUE DABA TODO LO QUE SABIA POR LO QUE LE QUEDABA POR CONOCER.....

    OS DEJO ESTA HISTORIA:

    Una vez, hace mucho, mucho tiempo, vivió en Arabia un viejo hombre sabio. Viajaba solo, sin nadie con quien hablar y dondequiera que iba la gente de daba comida para su viaje y, a veces, también pedazos de tela con qué emparchar su manto. A su vez, él les contaba historias o les daba consejos.

    Un día, mientras estaba sentado junto al camino, se le acercó un hombre que se quedó a su lado.

    - "Te saludo, hijo mío. ¿Tienes hambre? Ven, comparte estos dátiles conmigo."

    - "Bendiciones sobre tí, Maestro", dijo el hombre Simple. "No tengo hogar, ni seres queridos en el mundo. ¿Puedo ir contigo en tus viajes?"

    - "No tengo nada que ofrecer, hijo mío", replicó el viejo, "pero puedes venir conmigo y permanecer a mi lado tanto como lo desees."

    Por un tiempo, anduvieron contentos juntos y, viendo al hombre Simple junto al hombre Sabio, los aldeanos también le daban a él de comer, así viajaban de un lugar a otro.

    Un día, el hombre Simple tomó un pedazo de madera que había en el camino y le dijo al anciano:

    - "Maestro, aquí hay un pedazo de madera que puedes tallar. A menudo te he visto trabajar con ese cuchillo muy agudo que tienes. ¿Qué puedes hacer con este pedazo de madera?."

    Y el hombre Sabio respondió:

    - "Por favor, hijo mío, no me preguntes qué voy a hacer, algo me será sugerido."

    Los días pasaron y lentamente el fragmento de madera se hacía más y más pequeño mientras ellos proseguían su camino y toda la gente que encontraban, preguntaba:

    - "¿Qué estás tallando en ese pedazo de madera, anciano?."

    Y el viejo les daba siempre la misma respuesta:

    - "Algo será sugerido."

    Era ahora un pedacito muy pequeño de madera, hermosamente tallado y un poco más grande que un dátil.

    - "Maestro", venturó el hombre Simple un día, cuando ellos estaban sentados sorbiendo un dorado café dulce, "pronto no quedará nada del pedazo de madera que estás tallando. ¿Qué estás haciendo?."

    - "Paciencia, hijo mío, algo será sugerido", dijo el hombre Sabio con una sonrisa.

    En ese momento una pobre mujer, que tenía un niño lloroso en sus brazos y una cesta de frutas sobre su cabeza, pasó camino del mercado. El día era caluroso, el camino polvoriento y la infortunada mujer ya casi no resistía los gritos del niño.

    En el momento en que pasaba, empapada su frente de sudor, el hombre Sabio estiró la mano y la detuvo:

    - "Espera un segundo, hermana", le dijo. "Creo que tengo algo para tí, aquí."

    Y puso de pronto la pieza de madera tallada del tamaño de un dátil, dentro de la boca del niño.

    Este paró de llorar y comenzó a chupar contento.

    - "Ves, hijo mío", dijo el hombre Sabio, mientras la mujer proseguía su camino. "Sin saberlo yo mismo, he estado haciendo un chupete para este pequeño."

    Buen dia, odyseo!!

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  2. Excelente historia sufí.

    Es un inmenso placer degustar esas perlas, la vida es amor, entrelazados por el amor nos induce una inimaginable confianza.

    ¡Qué pases un excelente día!

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