Todavía se tiene que autentificar este estudio, pero, según la doctora alemana Katren Weatherby, parece que comerse con los ojos los pechos de una mujer durante al menos diez minutos al día puede llegar a alargar hasta cinco años la vida de un hombre.
El estudio, llevado a cabo en tres hospitales diferentes de Frankfurt, estudió la salud de 200 varones a lo largo de cinco años para descubrir que los hombres que tenían avistamientos de tetas con frecuencia tenían el pulso más lento y una presión más baja, y por tanto una menor probabilidad de desarrollar enfermedades de tipo de coronario que los desafortunados compañeros que no tenían pechos que mirar.
Genial, como si los varones necesitáramos más excusas para mirar las peras en vez de a los ojos…
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