Umezu Sei-bei, un mercader de Edo, decició hacer donación de quinientas piezas de oro llamadas ryo para la construcción de una escuela más espaciosa. El mercader entregó este dinero al maestro.
-Muy bien, lo tomaré-dijo Seisetsu.
Umezu dio a Seisetsu el saco de oro, pero estaba insatisfecho con la actitud del maestro. Tres ryo bastaban para que uno pudiera vivir todo el año, y al mercader ni siquiera le habían agradecido los quinientos.
-En este saco hay quinientos ryo...-insinuó Umezu.
-Ya me lo has dicho antes-replicó Seisetsu.
-Aunque sea un mercader rico, quinientos ryo es mucho dinero-dijo Umezu.
-¿Quieres que te dé las gracias por ello?-inquirió Seisetsu.
-Deberías hacerlo.
-¿Por qué habría de hacerlo?-inquirió Seisetsu-. El que da es quien debería estar agradecido
Parece ser que muchas personas hoy en día están buscando un profundo y oscuro secreto que ha estado oculto de las multitudes; uno, que si es utilizado, proporcionará gratificación inmediata, a aquel individuo suficientemente sabio para reconocer su valor. Los periódicos constantemente contemplan estas expectaciones—asombrosas promesas de pérdida de peso con ciertas dietas, fortunas que pueden ser ganadas siguiendo el consejo del más reciente gurú financiero, y un montón de declaraciones tan numerosas (y tontas) que no son dignas de mencionar. Aún más asombroso es el hecho de que millones y millones de dólares son producidos por aquellas personas que promueven y perpetúan tan cuestionables anuncios. Parecería que para que tales ¨estafas¨ continúen teniendo éxito, debe haber algo dentro de la psiquis colectiva pública que añora "una furia competitiva". Las damas definitivamente quieren mantenerse arriba en la competencia y prueban ser una eterna bonanza para las industrias de cosméticos y pérdida de peso—constantemente están buscando la más reciente información acerca de qué funciona y qué no. Y no dejan de involucrar a los hombres en esto—La apariencia personal y las finanzas a menudo tienen alto valor en sus listas y ciertamente no están escuchando a la ligera los ¨consejos calientes¨. A pesar de lo humorística que esta condición humana pueda parecer, NO DEBEMOS perder de vista el hecho de que de vez en cuando la ¨información interior¨ se vuelve realidad en el exterior.
ResponderEliminarCONCLUSION: El mayordomo vive esencialmente el mismo estilo de vida que el amo.
Si el mayordomo es infiel y causa que la propiedad sufra, él sufrirá también como consecuencia. Si por sus esfuerzos la propiedad florece, el cosechará los beneficios.
El triunfo de la estética...qué razón tienes. Como al mercader, solamente le interesaba el "figurar", recibir algo a cambio. Tal como sucede hoy en día, todos buscamos un reconocimiento notorio por lo que hacemos, buscamos la admiración de los demás por nuestra apariencia, nuestras posesiones materiales, nuestro éxito medido en números
EliminarFIDELIDAD Y LEALTAD escasean hoy, gracias a Dios no en todos.
ResponderEliminar"Loyalty is a pearl among grains of sand and only those who really understand its mening can see it"