Idioma

viernes, 6 de febrero de 2015

Caliente, Amargo, Frecuente y Especial

El olor a café recién hecho atoraba su nariz, y un rumor de voces y de risas se mezclaban en el ambiente. Ángela sentía una predilección especial por aquella cafetería del centro de Murcia. Allí nadie la molestaba y es lo que esperaba de aquel lugar donde se refugiaba cada día. Era bastante tímida y no solía alzar la cabeza. No miraba a nadie. Nadie la miraba, pero tampoco eso le importaba mucho. Allí se afanaba “chateando” con desconocidos desde que su último novio la dejase por otra mujer.
"Cielo, te aconsejo que olvides a tu ex y busques en la red" le decía su mejor amiga unas semanas después de su última separación "Ángela, hay todo un mundo de posibilidades, te lo digo por experiencia".
Y allí estaba Ángela, una mujer que sobrepasaba los cuarenta afanándose de forma compulsiva en busca de hombres atentos y fieles. Hasta entonces sólo había encontrado mucho músculo que se asomaba atrevido a la cámara de su portátil, y alguna que otra conversación interesante pero sin mucho futuro.
Ángela.-"Ok, hasta pronto".Tecleó por último para despedirse del desconocido interlocutor, golpeando el “intro” con desgana.
"Ciao" escribieron al otro lado.
"Demasiado tiempo sin consumir nada, quizás me llamen la atención", pensó, y se levantó a pedir algo. Al otro lado de la barra una chica observaba sus movimientos con bastante descaro. Ángela agachaba la cabeza evitando sonrojarse mientras esperaba su consumición.
Recogió nerviosa su café y volvió a su mesa. Aquella chica de voluminosos pechos y pelo muy corto cobrizo no dejó de observarla. Sonreía entreabriendo su boca, como invitándola a algo desconocido para ella. Era imposible volver a centrarse en el ordenador con aquella imagen tan sugerente y a la vez tan nueva. “Esa mujer me está seduciendo a mí...y lo más extraño es que me gusta que lo haga”, se atrevió a pensar.
La chica dio un último sorbo a su café, y sin dejar de mirar a Ángela se dirigió a los servicios. Ángela, como impulsada por lo desconocido, cerró con un golpe seco su portátil, lo metió de forma apresurada en el maletín y corrió hacia los aseos de señoras con miedo a que al llegar todo hubiera sido una fantasía. Mientras avanzaba, se preguntaba qué estaba haciendo una mujer como ella viviendo aquello, pero se expuso sin miramientos a vivir aquella aventura tal como viniera.
Golpeó la puerta suavemente y la chica le abrió y la invitó a entrar con una cómica reverencia. El maletín cayó al suelo. Ángela se acercó despacio a la chica de pechos exuberantes, y ésta agarró con suavidad el rostro de la mujer que ahora temblaba y la besó en los labios. El silencio fue absoluto. Sólo Ángela dejó escapar un suspiro con el que pudo dibujar un extraño vacío en su estómago. Los labios expertos de aquella chica desconocida jugaron húmedos con la comisura de los de Ángela, que con los ojos cerrados quedó extasiada.
Todos sus esquemas se fueron recolocando a cada movimiento, a cada impulso. No podía creer que aquello fuera real. Mientras tanto, la chica, ajena a los pensamientos de Ángela, continuaba ofreciendo placer a aquella mujer madura. Mordisqueaba el lóbulo de su oreja y ella se retorcía de placer. Se le erizaron los cabellos de la nuca, y en ese momento Ángela ofreció su cuello primero y después el resto con un gesto de complacencia que jamás hasta entonces había experimentado.
La chica le tomó una mano y con gesto lento se la llevó a la boca para lamer con parsimonia los dedos de Ángela, que seguía sin poder reaccionar. Sólo pudo apretar su mano libre contra su sexo para que aquel deleite nuevo no se escapase.
Alguien al otro lado de la puerta llamó con insistencia. El regocijo inesperado de Ángela se tornó en confusión, y muy perturbada apartó a la chica. Se recompuso la camisa, recogió su portátil, y cuando ya casi estaba dispuesta a abrir para salir de aquella situación imprevista, la chica la acercó por última vez, selló sus labios con un beso, mientras metía en el bolsillo de su vaquero una tarjeta con sus datos personales.

2 comentarios:

  1. la clave del éxito para este personaje está en rechazar las raíces de amargura, vergüenza, pesimismo y perfeccionismo, y a alimentar las raíces del gozo, la paz, el amor y el poder.

    Y así ningún especimen raro y putrefacto vendrá a encerrarla en un estado peor del que estaba.

    Ya ha llegado el tiempo de perder el tiempo (valga la redundancia).

    Recordad aquello de: "lo que recibes de gracia, dalo de gracia"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De acuerdo con el primer párrafo, sincero, honesto y humilde. Muchas gracias.

      El tiempo no se pierde, la mayoría de veces el tiempo se desaprovecha ya que nos enredamos en cosas, personas y actos de poca y baja importancia y priorida

      Eliminar