Los discípulos de la escuela Tendai solían estudiar meditación antes de que el zen llegara a Japón. Cuatro de ellos, que eran amigos íntimos, se prometieron entre sí que observarían siete días de silencio.
El primer día todos guardaron silencio. Su meditación había empezado con buenos augurios, pero cuando anocheció y las lámparas de aceite iluminaban poco, uno de los discípulos se dirigió a un criado sin poder evitarlo:
-Arregla esas lámparas.
El segundo discípulo se sorprendió al oír hablar al primero.
-No teníamos que decir una sola palabra-observó
-Qué estúpidos sois los dos. ¿Por qué habláis?-preguntó el tercero.
-Yo soy el único que no ha hablado-concluyó el cuarto discípulo
donde hay libertad??- se preguntaban
ResponderEliminardonde los hombres intentan controlar de verdad que no
entonces??... preguntaba un sabio
si quieres saber donde encontrarla acude a la Fuente.
19 Porque vosotros, siendo tan sabios, con gusto toleráis a los insensatos. 20 Pues toleráis si alguno os esclaviza, si alguno os devora, si alguno se aprovecha de vosotros, si alguno se exalta a sí mismo... 21 Para vergüenza mía digo que en comparación nosotros hemos sido débiles. Pero en cualquier otra cosa que alguien más sea osado (hablo con insensatez), yo soy igualmente osado