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lunes, 19 de mayo de 2014

Una taza de té

Nan-in, un maestro japonés que vivió en la era Meiji (1868-1912), recibió a un profesor universitario que acudió a preguntarle acerca del zen.

Nan-in le sirvió té. Vertió el líquido hasta llenar la taza del visitante y siguió vertiéndolo.

Imagen de lotoblanco.com



El profesor contempló el té que se derramaba hasta que ya no pudo contenerse.


-Está completamente llena. ¡No cabe ni una gota más!






-Al igual que esta taza-le dijo Nan-in-, usted está lleno de sus propias opiniones y especulaciones. ¿Cómo puedo mostrarle lo que es el zen a menos que primero vacíe su taza?


3 comentarios:

  1. ainsssssss

    que divertido !!

    la VERDAD solo tiene un camino

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  2. Me alegro de que te haya divertido
    El cuento zen hay que interpretarlo, al igual que muchos escritos que tratan de que el ser humano encuentre la luz y se ilumine, lo que en ellos está recogido muestra el camino y es tarea de cada uno llegar a la verdad que nos quiere transmitir.
    Una interpretación del cuento, además de divertido, podría ser esta:
    “Con la mente llena de prejuicios no podrás escuchar la verdad que dicen los otros. La mayoría de las personas cuando conversan, se apuran a dar su opinión y el resultado es que no escuchan mas que el sonido de sus propias palabras!”

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  3. Cierto es que los prejuicios son estorbo para la comunicacion, de igual manera hay que tener claro que verdad es la que cada uno quiere escuchar. Diferente al concepto de cual es la VERDAD, pues SOLO HAY UNA y todos la conocemos. Lo que ocurre es que es mas facil para algunos acomodar esa verdad.

    “Dios es el que da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios”.
    (Prov. 2: 6)

    “Si tu oído inclinas a la sabiduría y de corazón te entregas a la inteligencia; si llamas a la inteligencia y pides discernimiento; si la buscas como a la plata, como a un tesoro escondido, entonces… la hallarás”. (Prov. 2: 2-4)


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