Un matrimonio puertorriqueño viaja a Berlín de vacaciones.
En la aduana de Alemania la esposa, que domina muy bien el idioma teutón, mientras hace todos los trámites conversa en alemán con la empleada de migración:
La Agente- “Buenos días, señora ¿sus papeles?” (en alemán, por supuesto...).
Esposa- “Aquí los tiene”.
El esposo, al no entender nada, pregunta:
Marido- “Mi amor, ¿qué dijo?”.
Esposa- “Me pidió los papeles”.
Vuelve a preguntar la empleada;
La Agente- “¿Cual es el motivo de su visita?”.
Esposa- “Venimos de vacaciones”.
El esposo, nervioso, vuelve a preguntar a la esposa:
Marido- “Mi amor, ¿qué dijo?”.
Esposa- “Me preguntó que a qué venimos a Alemania”.
La empleada alemana continúa:
La Agente - “¿De dónde vienen, señora?”.
Esposa- “De San Juan , Puerto Rico”.
Nuevamente insiste el marido muy nervioso:
Marido- “Mi amor, ¿qué dijo?”.
La esposa, un poco desesperada y ya molesta
Esposa: “Pregunta que de dónde venimos”.
La Agente: “¡¡¡Oh, San Juannnn!!! Una vez estuve allí hace algunos años. Qué ciudad tan hermosa, que gente tan increíble... pero tuve la mala suerte de toparme con un hombre que era insoportable, vago, sucio, machista, preguntón, desconfiado, celoso, que no me dejaba en paz y además... tuve el peor sexo de mi vida".
El esposo, insistentemente, pregunta: “¿Qué dijo, mi amor, que dijo?”
Esposa- “Que te conoce, ¡¡COÑO, que te conoce..... !!".
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