Un hombre mayor, septuagenario, encorvado, camina
por el barrio rojo de Amsterdam. Una agente comercial del sexo, coloquialmente conocida como fulana, se asoma y le grita:
AGENTE COMERCIAL DEL SEXO:
"¡¡¡
Eh, eh, abuelo !!!. ¡Vamos, dése un homenaje...!".
ABUELO: " Ay, hijita... si
yo ya no puedo...".
Pero la prostituta insiste:
AGENTE COMERCIAL DEL SEXO:
"¿Y
por qué no probamos al menos?... ¡Venga, suba... pase un buen rato conmigo!".
El abuelo acaba subiendo, y sin siquiera
despeinarse, le echa tres de corrido...
AGENTE COMERCIAL DEL SEXO: "JOOODER, JOOODER,
JOOODER..., está hecho todo un campeón !!! Y eso que decía que ya no podía... ¡¡¡ Ni el de 30 que se acaba
de ir !!!".
ABUELO: "¡Ah, sí... follar
si que puedo, hijita...! ¡Lo que ya no puedo, con los recortes de mi pensión, ES
PAGAR!".
No hay comentarios:
Publicar un comentario