Hoy me encontrado en el trabajo, sin poder quitarme la bufanda, el típico problema de las personas que no saben resolver los problemas por sí mismos y se agobian hasta el infinito.
En concreto, dos compañeros que tienen problemas para relacionarse con personas que representan cierta autoridad en la empresa (el Jefe de Departamento de Personal) y no se atreven a decir lo que piensan. Esto les genera unas debilidades mentales que deriva en el complejo de inferioridad, a eso se añade las malas sensaciones de intranquilidad, nerviosismo e incluso de furia.
El problema real es que me he tragado todo lo que deberían haber dicho al Jefe que no se han atrevido a decirle, no es cuestión de valentía o gallardía, más bien de aprendizaje. No nos damos cuenta de forma consciente que explotamos nuestros demonios en el momento más inoportuno y con quién tenemos más cerca queriéndolos dominar.
Quiero dejar claro que los problemas tienen su contexto, lugar, tiempo y personas, debemos aprender a desconectar y mantener los problemas en el contexto donde se han producido.
La palabra clave es DESCONECTAR
No hay comentarios:
Publicar un comentario