A una persona a la que se quiere de verdad hay que intentar ayudarla, comprenderla y respetarla antes que complacerla, por tanto, hay que diferenciar COMPLACER y AYUDAR porque puede ocurrir que cuando complaces a alguien, en vez de ayudarle, estès perjudicando si lo que complaces es su egoismo, y te perjudiques a ti mismo, si cuando complaces tu voluntad la sometes al egoismo de otra persona, perdiendo tu voluntad e identidad.
Cuando una persona carga sobre sus espaldas las pruebas o circunstancias que le corresponde superar y asumir a otra persona, se le COMPLACE y no se le ayuda ya que se impide que se ponga a prueba en sus capacidades.
La autèntica AYUDA consiste en apoyar y alentar a la persona para que resuelva por ella misma sus pruebas o circunstancias y así poder avanzar.
La complacencia contribuye a que la persona se vuelva perezosa, dependiente y caprichosa, y que cualquier circunstancia busque que sean los demàs los que le resulevan sus problemas.
La persona que AYUDA se expone con su actitud a un posible ataque de còlera o chantaje emocional (ejemplos; llanto, enfado rabieta) de la otra persona, aunque contribuye de forma màs eficaz a que la otra parte APRENDA Y ASUMA RESPONSABILIDADES
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