La Tierra es el ser vivo que te sostiene y nutre mientras viajas por el espacio.
El Cielo es nuestra matriz luminosa, fascinante, extraordinaria e incalculable energía que nutre nuestra existencia.
Nacimos cariñosos y débiles.
Al morir nos volvemos duros y tiesos.
Los vástagos son tiernos y rebosan de savia.
Al morir están marchitos y secos.
Por tanto, lo rígido e inflexible obedece a la muerte.
La dulzura y la docilidad son compañeros de la vida.
LAO TSE
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