El día de nochebuena de 2015, un ladrón ratero (los que roban carteras) estaba caminado por un centro comercial de las Atalayas de Murcia, buscando una víctima; pero no había ninguna y era ya tarde. Hasta que ve en la puerta de una tienda a una viejecita.

Ladrón.-"¡Ésta es mi oportunidad!".
Se acerca poco a poco y le quita la cartera a la viejecita y se pone a correr a toda velocidad por la calle central del centro comercial, y la viejita grita:
Viejecita.-"¡Agárrenlo que es un ladrón!".
La viejecita sigue corriendo, otras personas ven el hurto y gritan.
Gentío.-"¡Agárrenlo que es un ladrón!".
 El ladrón salía por la puerta principal del centro comercial y  a la vez salían de un restaurante de comidas rápidas un grupo de amigos que estaban celebrando un cumpleaños, y ven a la viejecita con las otras personas persiguiendo al ladrón, y se acoplan al grupo y todos gritan.
Gentío.-"¡Agárrenlo que es un ladrón!".
La gente que perseguía al ladrón eran cerca de 300 personas, y sólo los separaba 10 metros, y cuando lo estaban por atrapar, el  ladrón-ratero sube por las ventanas de un edificio y la gente indignada se queda abajo.
Gentío.-"¡Agárrenlo que es un ladrón!".
El ladrón seguía subiendo, ya había alcanzado unos 20 metros de altura cuando llega a una ventana de la cual se agarra, pero ésta se rompe con el peso del hombre, el que se va de espalda y cae al precipicio.
Entonces, el ladrón en un momento de desesperación.
Ladrón.-"¡AGARRENME QUE SOY UN LADRÓN!"